Uno de los ingredientes que he probado este año y que se quedarán en mi despensa para siempre es la espelta. Me parece que tiene una textura muy buena, cocido queda muy suelto y es ideal para añadir en ensaladas.
El otro día estuve pensando recetas para poder comerla en caliente y se me ocurrió combinarla con unas verduras asadas. En este caso he elegido unos tubérculos que quedan muy bien asados. La zanahoria y la remolacha son de por sí bastante dulces y cocinándolos de esta forma, quedan glaseados y buenísimos, parecen gominolas. La combinación con el salado del queso feta es perfecta.
La espelta que he utilizado para esta receta es una que venden en el supermercado Aldi que proviene de la agricultura ecológica. Tiene los bordes desgastados y esto hace que se cueza en tan solo 15 minutos. Si compras una que no sea refinada tardará bastante más en cocerse. En todo caso, como siempre, lo mejor es que sigas las indicaciones del fabricante de la marca que compres.
Espero que os animeis a probar esta receta y que me digáis que os ha parecido.
La remolacha oxigena y purifica la sangre, tiene un alto contenido en hierro con lo que se recomienda para casos de anemia, es antioxidante y una buena fuente de energía por su contenido en carbohidratos y tiamina.
INGREDIENTES
-3 remolachas pequeñas
-3 zanahorias grandes
-Vinagre de Módena
-Miel
-Espelta
-Queso feta
-1 cebolla roja
-Tomillo
PASO A PASO
1/Pelamos y cortamos las remolachas y las zanahorias en trozos de tamaños parecidos para que se hagan a la vez en el horno. Precalentamos el horno a 200 grados con calor arriba y abajo. Forramos la bandeja del horno con piel de horno y colocamos las verduras encima. Mezclamos 3 cucharadas de vinagre de Módena con 3 cucharadas de miel y un pellizco de sal. Echamos por encima de las verduras y las movemos bien para que se impregnen por todos los lados. Metemos la verdura al horno y lo cocinamos durante unos 30 minutos o hasta que al pinchar las verduras vemos que están hechas y doradas.
2/Cocemos la espelta en abundante agua con sal y la refrescamos bajo el grifo. Reservamos.
3/En una satén
4/Añadimos una patata limpia y cortada en trocitos pequeños para que se haga lo antes posible.
5/Añadimos agua, dos vasos grandes, echamos otro poco de sal y tapamos. En cuanto empiece el hervor, bajamos el fuego y mantenemos tapado unos 15 minutos o hasta que veamos que la patata está hecha. Podemos añadir más agua si vemos que nos hemos quedado cortos.
6/Una vez hecho pasamos al vaso de la batidora, añadimos un chorrito de leche evaporada y trituramos hasta que quede una crema muy fina. Si queremos podemos pasarlo por un colador para obtener un resultado más fino.
7/Probamos y rectificamos de sal, podemos añadir también un poco de pimienta si nos gusta.
8/Yo lo he acompañado de unos picatostes de pan con ajo y perejil. Para hacerlos he cortado unos cuadraditos de pan y los he hecho en una satén con un chorrito de aceite de oliva virgen, un poco de ajo en polvo y perejil picado. Hay que moverlos continuamente para que no se quemen y queden tostados de forma homogénea .